Preguntas retóricas
¿Acaso esta publicación tendrá algo que ver con gramática?
Esta publicación también se puede escuchar:
Primero lo primero: ¿Qué es una pregunta retórica?
Según Google, una pregunta retórica es aquélla que se formula sin la intención de obtener una respuesta ya que su propósito está más orientado a hacer una observación, provocar una reflexión o hacer una afirmación de forma indirecta. Sin darnos cuenta, todos los días las usamos y las escuchamos en todos los ámbitos de nuestra vida:
¿Para qué ordeno si en dos minutos ya desordenaron todo?
¿Hasta cuándo vamos a dejar que pisoteen nuestros derechos?
¿Vos te pensás que las cosas me las regalan a mí?
En contraposición, tenemos preguntas que sí buscan una respuesta. Como por ejemplo:
¿Cuánto cuesta el kilo de papas?
¿Quién autorizó este gasto?
¿Cuál es la raíz cuadrada de 9?
Creo que aunque la explicación sea bastante concisa es suficiente para poder identificar preguntas retóricas y no retóricas.
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Imagino que si llegaron hasta acá se preguntarán con qué voy a salir después de toda esta perorata, ¿verdad?
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Pues bien, gracias por tenerme paciencia. Toda la explicación se debe a que hoy quiero hablar de un tema que, en lo personal, me tiene repodrida y con el que creo que muchas de mis fieles Repodriders (sí, las bauticé así. Si Taylor tiene a sus Swifties, yo tengo a mis Repodriders) que conviven con alguien se van a sentir identificadas:
«¿Qué quieren cenar?» NO es una pregunta retórica.
Repitamos todos juntos: «¿Qué quieren cenar?» NOOOOO es una pregunta retórica. Amén.
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¿Y qué quiero decir con todo esto? Que cuando alguien pregunta: «¿Qué querés/quieren cenar?», lo que está esperando es una respuesta del tipo: fideos con salsa de tomate, carne al horno con papas o sopita.
Nadie que pregunte «¿Qué querés cenar?» merece escuchar un: «No sé. Me da lo mismo» como respuesta.
No tengo pruebas, pero tampoco dudas que quien pronuncia esta pregunta no está interesado en lo más minimo en tener una respuesta sincera sobre los deseos de sus comensales, y que lo que realmente quiere con todo su corazón, alma, cuerpo y mente es que sea otro quien cargue con la responsabilidad de decidir qué cenar y no tener que hacerse cargo también de esa decisión (ajá, carga mental detectada). Ya bastante tendrá con conseguir todos los ingredientes y cocinar.
Yendo un poco más lejos, incluso me arriesgaría a pensar que «¿Qué quieren cenar?» es solo la punta de un iceberg de especulaciones, elucubraciones y pensamientos que ocuparon la mente de la persona por largo rato antes de que la pronuncie:
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Imagino que no va a faltar quien diga que «lo que te resulte más fácil», «lo que sea más rápido» o «lo que decidas va a estar bien» son respuestas concretas a la pregunta sobre qué cenar y eso haría que ésta no sea retórica, convengamos que por más sincero que sea, responder eso o nada termina siendo lo mismo porque sigue quedando la responsabilidad de resolver la cena en quien preguntó.
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Así que recuerden amiguitos y amiguitas. La próxima vez que alguien les pregunte «¿Qué quieren cenar?», den respuestas concretas de nombres de comidas reales. Tampoco van a delirar con un guiso de unicornio o alguna pavada del estilo.
Y antes de irme, para que no me tilden solo de quejosa, acá la tía Repodrida les deja unas ideas de respuestas listas para usar:
Pastel de papas → acá ya sé que tengo que tener papas y algo que pueda usar de relleno, sea un pedazo de carne pollo, atún o incluso unas lentejas. No sé.
Nada. Me como una fruta.
Pedimos una pizza/sushi/asado
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Y si vos, mi querida Repodrider sufrís porque cuando preguntás «¿Qué quieren cenar?»” lo interpretan como una pregunta retórica, acá te dejo un botón de “Compartir" para que puedas pasarle esta publicación a quien consideres que tiene que aprender que no lo es:
Bueno, y si al final nadie se da por aludido y todo lo anterior no da resultado, ya está disponible el Oráculo del Buen Cenar en la Tienda Virtual de Repodridas:
No discutas más con tu pareja, tus hijes o vos misma.
Si nadie decide, sacá una carta y que el destino decida qué vas a cenar hoy.
🔮 El Oráculo del Buen Cenar: cambiá la indecisión por diversión.


